Conservación. La sangre es un tejido vivo. Una vez donada hay que guardarla en refrigeradores especiales para conservarla en condiciones de seguridad. Para evitar que se coagule se utilizan varios productos químicos, conservantes no tóxicos para los glóbulos y equipos especiales para aumentar el tiempo de conservación de la sangre y los hemocomponentes.
Peticiones. Los centros hospitalarios cursan sus peticiones por fax. Si están cerca acuden al Centro de transfusión de sangre con los recipientes adecuados. Si están lejos el traslado se realiza por avión o con empresas de transporte, que siguen las medidas procedimentadas. El centro que realiza la petición se responsabiliza del traslado.
Industria. Normalmente el plasma se envía a la industria fraccionadora que puede llegar a obtener hasta cien productos diferentes. El plasma se transporta congelado.
Transfusión. El servicio hospitalario valora el componente que necesita para un paciente determinado. Antes de la transfusión se realizan en el laboratorio unas pruebas cruzadas de tolerancia entre el componente sanguíneo y el receptor, teniendo en cuenta los grupos sanguíneos. La transfusión se puede realizar en el quirófano, si se trata de una intervención quirúrgica, o de forma ordinaria a través de una vía, de la misma manera que se administra cualquier suero.